SIERRA DE GATA

Sierra de Gata, el Eco del Origen (invierno de 2018)

Una nada,
llena de matices.
Un desierto de piedras,
lleno de silencios.

 

En el interior del Parque Natural del Cabo de Gata, hay un paisaje volcánico de austera y extraña belleza, una tierra semidesértica y con un relieve modelado por el viento y el tiempo.

 

La práctica del caminar por estos espacios solitarios, y muchas veces en soledad, me llevó finalmente a aprender a andar de nuevo. Una técnica simple elaborada y depurada con el tiempo, a la que llamo el paso del nómada o del descanso. A cada paso re-posas un breve instante. Es renovar el paso del peregrino, su razón y significado: per–agrare, a través de la tierra. Con los años me he dado cuenta de que caminar es una necesidad vital para mí. Me gusta su simplicidad, me pone en contacto conmigo mismo y con la totalidad de mi cuerpo, con todos los niveles del mismo, los tangibles y los intangibles. Activa la conciencia de Ser y minimiza la perpetua dualidad, permite la común-unión con la naturaleza y une la tierra, el cuerpo y la mente, buscando el espíritu.

 

Hemos habitado como nómadas este planeta durante miles de años, muchos más que como sedentarios. El nómada no tiene nada a su nombre y, sin embargo, posee todo lo que su vista abarca. El goce del momento le permite esa intensa unión con la Tierra que sus pasos han recorrido. Su forma de existencia tiene mucho que ver con la vida contemplativa. El estar en permanente escucha y en estado de alerta genera una inmediata conexión con la naturaleza. El mundo es una orquesta de señales, que él siente con los ojos del alma.

 

El paso del nómada permite entrar en un ritmo y una cadencia concreta, concentrarse y ensimismarse. Es una repetición, un ritual que permite que el cuerpo, al cabo de unas ciertas horas de práctica, entre en equilibrio, en una unicidad anímica, física y mental. Un estado desde el que puedes sentir la vibración y las energías del lugar, de los lugares por los que uno pasa. El cuerpo hay que ejercitarlo para poder escuchar. Si entiendes el lugar, el lugar te da la respuesta: se produce un eco. Todo fluye, sencillamente es eso.

 

La conciencia es un proceso holístico con distintos estados o niveles. Cada nivel genera una percepción del mundo determinada, a nuestra imagen y conforme a nuestra semejanza. Es el periplo de la conciencia que viaja hacia ese primer estallido de luz. Nuestra conciencia peregrina al Origen. Es un regreso a casa, un retorno a la Creación o estado de Gracia.